sábado, 11 de julio de 2015

Un estudio demuestra que tener una hamaca te hace más felíz



Pocas personas saben que mi sueño, desde hace muchos, muchos años, es tener una hamaca. Yo creo que mi amor por las hamacas se debe a mis recuerdos de pequeña, cuando mi abuelo las hacía con redes y a mi me entantaba pasar el tiempo allí. 

Pero por problemas de logística, desde aquellos tiempos nunca volví a tener una hamaca. Hasta ahora...Por fiiiin!!!!! Fue un regalo que me pilló completamente de sorpresa. Y me hizo tanta, tanta ilusión que hasta me puse a llorar [sí...por una hamaca].

Desde entonces, solo pienso en la hamaca. Mi vida se desarrolla en torno a la hamaca. Y no paso más tiempo en la hamaca porque a veces vienen los mosquitos o empieza a hacer fresco. 

Y por eso decidí mostraros cómo es mi vida con la hamaca. Comer, leer y escuchar música [siempre los mejores clásicos]. Ahora tengo que pensar en una forma de poder mover la televisión al balcón para poder ver películas.